Hace más de dos años, el personal de planificación y los consultores del Condado de Tuolumne comenzaron a redactar el borrador del Plan de Acción Climática. Ese plan es requerido por el Plan General del Condado de 2019, y se suponía que debía ser finalizado para fines del 2020.
En cambio, los supervisores de los condados que no están convencidos de que los seres humanos están causando el cambio climático y un grupo central de activistas de la teoría de la conspiración han alargado repetidamente el proceso de planificación. Una y otra vez, ha sido el personal de CSERC quienes han sido las principales voces instando al Condado a completar el Plan de Reducción de Emisiones de GEI.
En las dos reuniones principales de CAP frente a la junta local de supervisores, la gente de conspiración continuó expresando apasionadamente opiniones extrañas, poco realistas y extremas. Algunos afirmaron que el cambio climático es un engaño como parte de un complot de las Naciones Unidas y grupos ambientalistas para apoderarse del mundo. Muchos afirmaron que cualquier aprobación de CAP expulsaría a los ciudadanos de la región, eliminaría las libertades y tendría consecuencias nefastas para los políticos que aprueban el plan.
Finalmente, el 8 de noviembre, el testimonio de CSERC y algunos activistas locales del Sierra Club ayudó a que se aprobara el plan muy retrasado. Dependerá de los ciudadanos y los futuros miembros de la junta elegir de la lista larga de opciones de reducción de GEI de CAP (como añadir estaciones de carga para vehículos eléctricos o hacer que los edificios del condado sean más eficientes energéticamente).
Lamentablemente, la gran participación de activistas de la teoría extrema de la conspiración en numerosas reuniones no sólo refleja sus fuertes opiniones sobre el cambio climático. En la última sesión dejaron en claro que tienen la intención de debatir y retrasar una amplia gama de otras acciones de los condados que perciben que de alguna manera están alineadas con los “gobiernos mundiales”.
Tener oponentes anti-ambientales en las reuniones no es nada nuevo para CSERC, pero la nueva multitud lleva el extremismo a un nuevo nivel y hace aún más difícil que los responsables de la toma de decisiones locales apoyen el medio ambiente.