Helechos y arbustos volviendo a brotar en el Incendio Rim en tierras del Servicio Forestal serían matados por herbicidas como en la tierra privada arriba
La mayoría de la gente estaría de acuerdo que tiene sentido de plantar árboles de coníferas de nuevo en “agujeros” gigantes quemados por el Incendio Rim, donde grupos de coníferas de 100 años de edad fueron tan intensamente quemados que incluso los conos y semillas fueron incinerados. Sin la siembra de plántulas jovenes de coníferas, muchas áreas (como la parte superior a la izquierda) que previamente eran hábitat de azores, búhos, aves canoras y martas tal vez no llegarán a volver a ser bosque de coníferas otra vez durante un siglo o más. Muchas áreas del bosque antiguo se convertirán a campos de arbustos similares a los miles de acres de bosque que se convertieron después de los incendios forestales Complex de 1987.
No es soprendente que CSERC encontró apollo fuerte de consenso para la reforestación en el Incendio Rim de madereros, políticos, empresarios, defensores de la vida silvestre, organismos de agua y miembros del público en general que simplemente quieren un bosque volver a crecer. Pero “el diablo está en los detalles”.
A pesar de la ciencia reciente demostrando que bosques antiguos fueron diversos con árboles dispersos, matas y aperturas, los funcionarios del Bosque Stanislaus bosque propusieron plantaciones densas de reforestación, incluyendo áreas con árboles espaciados uniformemente en filas. Excepto espacios alrededor de robles, el resultado final sería plantaciones de árboles muy surtidas. Pero la mayor controversia iniciado por el plan del Bosque Stanislaus es rociar herbicidas en 26.000 acres donde plantarán las plántulas. Herbicidas pueden ser rociados sobre cada acre hasta cuatro veces. Para hacer frente a malas hierbas invasoras, la Agencia propuso también rociar 5.000 acres varias veces. En general, un total de más de 100.000 acres de tratamiento químico podría aprobarse en aproximadamente 30.000 acres.
CSERC estaba la cabeza de la resistencia local al plan dependiente de químicos, señalando que glifosato (el herbicida propuesto) ha sido identificado por la Organización Mundial de la Salud como un químico probable cancerígeno. Hicimos también una lista de nuestra preocupación aún más fuerte que los herbicidas definitivamente funcionan, así que un gran porcentaje de las diversas plantas que están brotando ahora a través de las 40 millas cuadradas que se rociarán terminarían siendo matados. En los talleres de reforestación y en comentarios por escrito, el personal de CSERC instó a que las coníferas sean plantadas en un mosaico natural de árboles dispersos, matas y aberturas, y que sólo se usen herbicidas donde no existió ninguna alternativa viable para asegurar la supervivencia de las plántulas.
En julio el Servicio Forestal celebró su quinto taller de reforestación, y la diversidad de los participantes refleja la fuerte diversidad de opiniones. Silvicultores de agencia jubilados promovieron plantaciones muy surtidas tratadas varias veces por herbicidas para matar plantas competidoras. CSERC y otros abogaron por plantar plántulas de coníferas dispersas entre matas de arbustos y robles existentes para reducir la necesidad para herbicidas y establecer rápidamente el enfoque de “árboles individuales, grupos y aberturas” que reduciría el riesgo de fuego. Este otoño el Servicio Forestal planea publicar su Informe de Impacto Ambiental borrador y sus alternativas para “donde” y “cómo” reforestar. CSERC tiene como objetivo continuar trabajando para un plan equilibrado de controversia baja.