Aunque la crisis inmediata de la sequía se ha desvanecido, tres años de precipitación por debajo de la media del promedio han resultado en intensos debates políticos sobre el agua. Muchos políticos y activistas a favor de uso exigen más presas (como una nueva estructura de presa, mucha más grande y enormemente cara en el Embalse de Lyon a la izquierda).
Durante más de dos décadas, CSERC ha sido el grupo ambiental más comprometido en los puntos en disputa sobre el agua que afectan a nuestra región vasta. Sólo en el relicenciamiento de proyectos hidroeléctricos del Río Stanislaus, el personal de CSERC terminaron asistiendo a 188 días de reuniones que se centraron en la complejidad de la gestión de río, la economía y la recreación.
Basado en décadas de nuestra participación intensa, CSERC cree que la primera prioridad es ser mucho más eficiente en el uso de agua que ya está disponible.
El sistema de zanja (abajo) que lleva agua de la Bifurcación Sur del Río Stanislaus a la mayoría de las instalaciones de tratamiento en nuestra área local está lleno de escapes. Hasta el 1/3 del agua se pierde – nunca llega a un cliente. Es ilógico construir nuevas presas caras e inundar más hábitat de río cuando el agua ya disponible está siendo desperdiciado. La manera más rentable para conseguir “agua nuevo” es reciclar, conservar y ser mucho más eficiente con la gestión del agua que ya disponemos. Pero en el mundo de la política, gastando millones de dólares para represar ríos, desviar los flujos y maximizar el agua para la agricultura y otros usos es más popular que ser administradores prudentes del agua que ya tenemos.